lunes, 28 de noviembre de 2011

Escolares recuerdan el día del “Señor de la Sierra”


 Los alumnos estudiaron en detalle cada uno de los grupos étnicos seleccionados para resaltar su gastronomía.
 Niños con los rostros pintados con colores de guerra y vestidos de aborígenes rindieron tributo al primer héroe nacional en las escuelas capitalinas.
Con cada detalle de su vestimenta, cada baile, con murales o con sencillos actos cívicos, miles de escolares recordaron la heroica hazaña de Lempira, que defendió la soberanía territorial
Con cada detalle de su vestimenta, cada baile, con murales o con sencillos actos cívicos, miles de escolares recordaron la heroica hazaña de Lempira, que defendió la soberanía territorial
Ahí un grupo de estudiantes revivió cada detalle de la historia, a partir de la llegada de los españoles a Honduras en 1502 y el sangriento enfrentamiento de los aborígenes encabezados por el cacique Lempira.
La actividad comenzó a las 8:00 AM, cuando fue develado un mural  representa el Congolón donde murió Lempira. Alusivo a la fecha, es una obra de arte. El imponente escenario.
Un retorno al pasado
El esperado momento de la develación del mural llegó a eso de las 9:00 de la mañana cuando, ante la mirada curiosa de los espectadores, fue mostrado a los alumnos de la escuela.
Inmediatamente después aparecieron 60 niños vestidos como indígenas bailando y actuando en el drama "Vida y muerte de Lempira".
Los pequeños, con su impecable danza, arrancaron los aplausos de los presentes.
que le puso ritmo catracho a la celebración con canciones tradicionales y populares como "Flores de mimé", "La valona", "El bananero" y "El forastero".
Los alumnos estudiaron en detalle cada uno de los grupos étnicos seleccionados para resaltar su gastronomía.
La cocina garífuna y misquita fue la de mayor aceptación por los asistentes.
En rústicas champas de madera y hojas de palma, los estudiante ofrecieron deliciosos platillos. El cazabe, pescado frito, tostones, sopa de mariscos, yuca con chicharrón, catrachas y pastelitos de maíz fueron los platillos más solicitados por los presentes, y bebidas tradicionales como pozole, guífiti, chicha y horchata calmaron la sed de estudiantes, docentes y padres de familia.
Pero la celebración no solo fue comida. Los estudiantes prepararon un acto cívico cargado de música y baile.
Desde el mes de marzo el cuadro de danzas del centro educativo preparó un repertorio de música nacional.

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